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jueves, 17 de octubre de 2013

«¡Ave, Polimnia!»

«¡Ave, Polimnia!»


Me gusta la violencia de tu cuerpo
contra el viento, la lluvia, la tormenta,
sometido a la voz de las quimeras
que barruntan los secretos de mi abismo.

La sangre se desliza por tu torso
bajo soles que se duermen en mis venas
y en la muda plenitud de tu certeza
la vida se desliza en plenilunios.

Designado por un dios que fue mi esclavo
hoy escancio en tu honor todas las vidas
que los besos de mujer me han contagiado.

Y en el rostro de la arena así vencida
acaricio la gloria que he buscado
mientras otros bendicen su comida.

Hazel Messiatz (04/11/2012)

sábado, 14 de septiembre de 2013

«En el lecho de Polimnia»

«En el lecho de Polimnia»

¡Corrómpeme en tus formas!,
desnuda de sentido mis caricias;
¡arrástrame a tu boca!,
esculpe con tu lengua mis mentiras;
¡erízame de sombras!,
alumbra mis latidos con tu risa,
y lo humano se extinga entre tus dedos
para ser, hoy y siempre, ritmo y verso.


Hazel Messiatz (14/09/2013)

domingo, 28 de julio de 2013

«Enero»

«Enero»

Me miro en tus abismos.
Sonrío.
Echo de menos tus besos, tus manos,
Muerte.
Camino por el filo.
Miro hacia ambos lados.
Me divido
entre la virtud y el pecado,
el recuerdo
y el olvido.

Hazel Messiatz (verano de 2013)

domingo, 7 de abril de 2013

«Un último baile»


«Un último baile»

Estrésame en tu sortilegio
de luces de esmeralda y caoba,
¡excítame en tus aguas!,
¡sorpréndeme en tu fuego!,
encuentra mis desmayos en tus vientos.

Corrígeme los ojos,
que se pierden en falsas maravillas,
¡desnúdame la boca!,
¡conquístame las manos!,
devuélveme a tu seno, hermana, Vida.

Enraizaremos en neonatos torbellinos
de pureza que traerán consigo el vino
de nuestros ojos.

Y sonreiremos a la muerte y al olvido
a lomos del silencio que es el grito
de nuestras oraciones.

Hazel Messiatz (07/04/2013)

domingo, 31 de marzo de 2013

«Descensus ad inferos»



«Descensus ad inferos»

Tus huesos milenarios sostienen mi estructura
y rugen tus entrañas los besos de mis ojos,
encuentro en tus palabras caricias argentinas
que duermen los ardores que inflaman mi tormento.

Descubro en el ocaso silencios clamorosos
que beben de tus bocas calcáreos sortilegios,
me hundo en la penumbra y siento tu inocencia
tenderse hacia mi rostro armando mi sonrisa.

Desnudo, limpio, puro, el horizonte
se yergue ocelado de misterios
y muge el sacrificio de mis venas.

Me arranco las espinas y me arrastro
entre tus sábanas. Mis párpados renuncian
a los soles vacíos del mañana.

Hazel Messiatz (31/03/2013)

miércoles, 13 de marzo de 2013

«Confesiones»


«Confesiones»

Quisiera tener tiempo con que hacerte
un trono de diamante y madreperlas,
herirlo, tormentoso, en un instante
y hallar en mi dolor tu lecho;

fundir todo segundo en un estrecho
puñal que hundir dichoso en mi vientre
para honrar todos tus nombres con la tinta
que bese mi alegría con lujuria.

Pero muerde el escenario mi sonrisa
entre míticas llamas simbolistas,
que arañan las paredes dialectales

de aquel sueño fugaz con que editamos
la cálida sintaxis de las manos
que hirieron nuestras lenguas europeas.

Hazel Messiatz (13/03/2013)


lunes, 21 de enero de 2013

«Honor»

«Honor»


Desnúdame la boca, el pecho, el alma,
que no podrás borrar lo que hoy he sido, 
un trueno de verdad entre los hombres
que sueñan en silencio con mí mismo.

Encuentra los grilletes de tus miedos
y entiérrame por siempre en ostracismo,
que no hallarás, en tu torpeza, masa,
el modo de ignorar que te he vencido.

Mi sangre bañará tu terciopelo,
mis ojos cerrará tu beso amargo
danzando en mi sonrisa fiel cinismo.

Descubre que la carne está caliente
mientras me arrojas, cruel, y Lete abajo
descubres que mi amor lo ha convencido.


Hazel Messiatz (21/01/2013)





miércoles, 16 de enero de 2013

«Cara a cara»



«Cara a cara»
Querría sorprenderme en tus abismos,
cerrar tras de mis pasos toda puerta,
hallarme siempre acorde en tu penumbra,
beber la sangre triste de cuantos naufragaron,
tejer los universos de esperanzas,
herrarte la miseria en tu calvario,
sentir la plenitud de tus dolores
y entonces inundarme de todo lo que ha muerto.
Querría sorprenderte en mis dominios
y ver cómo resuelves mis enigmas,
sentir que lo inmanente se deshace
en labios que el silencio hirió en esta alborada,
tocar tus embarazos en mi pecho,
domar todos tus miedos en mi sombra,
rugirte dulcemente al oído
que el tiempo, sí, ha muerto, mas ambos hoy vivimos.
Y que en el crepitar de tus traiciones
tramadas con crueldad contra ti mismo
encuentres lo que niegas y pierdas lo que has sido.
Consulta a los oráculos salvajes
que surcan tus rubores, y en un sueño
disfruta del ocaso, podrás nacer de nuevo.
Hazel Messiatz (16/01/2012)